Te están vendiendo miedo. Y vos lo estás comprando. Por Ezequiel Gonzalez 

“Las marcas no solo nos ofrecen soluciones. Nos ofrecen versiones de nosotros mismos preparados para lo peor.”

Ese es el mensaje que, aunque no siempre se dice con palabras, late detrás de muchas campañas publicitarias actuales. Ya no te venden solo productos: te venden supervivencia emocional. Te venden estar listo. Listo para la próxima pandemia, para el próximo apagón global, para la próxima crisis ambiental. Te venden tranquilidad disfrazada de mochila solar, de ropa térmica para un mundo en llamas, de apps que compensan tu huella de carbono mientras seguís consumiendo como si no hubiera mañana.

Y lo peor: lo hacen muy bien.

Así, el marketing distópico se vuelve personalizado. Te muestra un mundo a punto de estallar, pero también te da la solución. Siempre hay un producto para tranquilizarte. Para que no te sientas tan solo. Tan vulnerable. Tan insignificante ante el colapso. Y, claro, para que sigas comprando.

Detrás del storytelling futurista, de las estéticas cyberpunk y las campañas que venden culpa maquillada de compromiso, hay un modelo que no cambió: el consumo como motor. Como adicción. Como placebo. El miedo ya no es algo que se evita. Es algo que se capitaliza.

 

Y entonces, ¿qué hacemos?

¿Vamos a seguir comprando barbijos de diseñador para enfrentar la próxima pandemia?

¿Vamos a creer que un termo ecológico compensa años de extractivismo?

¿Vamos a seguir fingiendo que somos parte de la solución porque el algoritmo nos sugiere productos con packaging biodegradable?

La respuesta no es dejar de consumir. Es dejar de creer que consumir con culpa o con estética de resistencia es suficiente. Porque la verdadera resistencia no se hace en el carrito de compras.

La verdadera resistencia implica incomodarse. Cuestionarse. Dejar de romantizar al consumidor consciente y empezar a mirar con desconfianza a un sistema que convirtió el apocalipsis en una línea de productos.

No alcanza con consumir para resistir. Porque si seguimos comprando soluciones a los problemas que el propio mercado creó, lo único que estamos haciendo es financiar el fin del mundo… con envío gratis.

AUSPICIANTES

SELECCION DEL EDITOR

NOTICIAS SUELTAS

GALERIA